Nueva campana para la Iglesia de San Pedro Sopoio 'San Pedruco' del siglo XII en Ajo (Bareyo, Cantabria)
Santuario de San Pedro Sopoio.
De origen quizá prerrománico, pero con seguridad románico; su fábrica actual consta de un camarín de planta cuadrada en el que el mes de abril de 2010 se han descubierto debajo de una capa de cal unos frescos representando la Sagrada Cena, la Adoración de los Pastores y la Adoración de los Magos, un peregrino con un bordón y una vaca, más otras figuras que se aprecian pero que no se llegan a vislumbrar, ya que no se ha eliminado la capa de cal que las cubre; parecen proceder de los años 1530-1550. Sigue una capilla mayor con una nave de tres tramos con bóvedas góticas, apoyadas sobre los cimientos de la nave románica que se cubría con una bóveda de cañón, con coro alto a los pies. Entre los restos románicos conservados se encuentran numerosos canecillos que soportan el alero del santuario, algunos decorados incluso con símbolos fálicos. La románica portada del Oeste fue trasplantada cuando se ampliaron longitudinalmente las bóvedas góticas; tiene dos impostas decoradas con sucesivos círculos que llevan inscrita una cruz cada uno; también lleva decoración de líneas en zig-zag, así como en la rosca del arco, que va rematado con un grabado representando una flor de lis, símbolo heráldico de los linajes de Camino y su descendiente el de Solórzano. Las claves de las bóvedas exhiben varios escudos heráldicos, y en el suelo de la capilla mayor se encuentran dos laudas sepulcrales, una de ellas totalmente cubierta de inscripciones. La obra de ampliación del santuario se debió a Andrés de Monasterio Pellón, vecino de Güemes, que la acabó el año 1761; el coro alto es obra de 1805. De antiguo existía un retablo que a causa de su indecencia fue sustituido por otro ensamblado por Pedro de Pellón Noriega y José Manuel de la Roza Villanueva, vecinos de Ajo, en precio de 7.900 reales. Es de estilo rococó, de un solo cuerpo rematado por ático. La imagen titular, que representa a San Pedro sentado en su cátedra, fue obra del famoso escultor Manuel de Acebo, natural de Arnuero, quien ajustó la obra en 500 reales, y fue dorada en 1777 por Miguel de Camino Martínez, vecino de Ajo en precio de 484 reales; a sus lados se hallan las imágenes de San Antonio de Padua y San Ramón Nonato, y en el ático la imagen de San Pablo Apóstol. El retablo fue dorado en 1792 por Juan de Láinz Láinz, maestro dorador de Ajo. Hasta hace unos pocos años existían otros retablos colaterales en el santuario. Dos de ellos fueron ensamblados por Fausto de Güemes Pellón y José de Pellón San Miguel, vecinos de Ajo, en precio de 3.000 reales por las hechuras y 1.374 por los materiales. Fueron dorados en 1808 en precio de 800 reales por los doradores de Ajo Vítores del Campo Palacio, Juan Antonio de Láinz Láinz, Francisco de la Riba Villanueva y Pedro de Pellón Ruiz. En 1817 se ensambló un retablo dedicado a San José en precio de 4.949 reales, cuya imagen titular fue obra del notable escultor académico de Güemes Juan Antonio Martínez. En 1809 fue vendida la casa y hacienda del santuario en más de 9.000 reales, y los bienes que quedaron de tan importe santuario fueron agregados a la parroquia de San Martín de Ajo para ayuda del Culto. Junto al santuario existe una casa a la que se accede por un arco de medio punto, que ostenta en su fachada un escudo de los Reyes Católicos con al Águila de San Juan y la granada.
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