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viernes, 8 de mayo de 2009

En la punta norte de Cantabria: DE BAREYO AL CABO DE AJO

El municipio de Bareyo, ubicado en la franja costera oriental de Cantabria, disfruta de un enclave natural de gran belleza, donde bosques, rías, playas, acantilados y valles se dan la mano para proporcionar un entorno único de paseo y disfrute de una jornada de ocio. Y, además, durante estos días, se celebran en la zona unas sabrosas jornadas gastronómicas.

Que la naturaleza quiso pintar esta zona con todo lo que tenía en la paleta es evidente. Pero el hombre también quiso sumarse. En los tres pueblos del municipio, Ajo, Bareyo y Güemes, se pueden observar interesantes ejemplos arquitectónicos, tanto religiosos como civiles, de gran valor histórico y artístico.

La ruta parte de uno de los edificios religiosos históricos más importantes del municipio, para llegar al enclave natural más conocido y visitado. De la iglesia de Santa María de Bareyo al Cabo de Ajo. Por el medio, valles, rías y acantilados.

Santa María de Bareyo, una antigua abadía de estilo románico construida en el siglo XI. Punto de partida. Esta pequeña iglesia es uno de los mejores edificios del románico costero en Cantabria, declarada Bien de Interés Cultural en 1978. Merece la pena su visita para contemplar su pila bautismal, de una originalidad absoluta.

Desde Santa María de Bareyo y, siguiendo la carretera general en dirección a Meruelo, se alcanza la ría del río Campiazo, en Ajo. A través de los caminos rurales de la zona, se llega hasta el barrio del Convento, desde donde se divisan unas magníficas vistas de la Ría de Ajo. En este barrio y, tomando nombre de él, se halla el antiguo convento de San Ildefonso. Si se sigue por los caminos que discurren paralelos a la ría en dirección a la Punta del Rostro, se pueden observar unos bellos paisajes de mieses, estuarios y algunas manchas boscosas, hasta llegar a la Punta, desde donde se divisa la pequeña cala natural de La Ojerada y unas magníficas vistas sobre el cabo de Quejo.

El paseante está ya en el Cabo de Ajo, el punto más septentrional de Cantabria. En este lugar está el faro, construido en 1928 sobre las antiguas ruinas de una torre de vigía. Y siguiendo la carretera del 'vigilante del mar', en dirección hacia el pueblo, aparecen las dos playas del municipio: Cuberris y Antuerta, un paraíso para los aficionados al surf.

Una paella en Ajo. El visitante no puede irse de Bareyo sin degustar una de las especialidades gastronómicas de la zona: la paella. Además, durante estos días y hasta el 31 de mayo, Ajo celebra sus I Jornadas del Arroz, una propuesta gastronómica en la que participan 6 restaurantes de la localidad. La oferta es suculenta: paella o arroz con cachón o almejas, un segundo plato, postre y vino por 25 euros. Además, aquellos que mañana compren ELDIARIO MONTAÑÉS podrán obtener un cupón de descuento de 5 euros. Una oferta para no perderse.

Los restaurantes que participan en esta I edición de las Jornadas del arroz de Ajo son: El Rincón de Pitucos, El Labu, El Mazo, La Espiga de Bareyo, Don Juan y Carlos III.