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viernes, 31 de julio de 2015

Bar Restaurante Labu en Ajo (Bareyo, Cantabria)

El Labu, abierto en 1986, mantiene su cocina de estilo tradicional

Francisco Lainz, del restaurante Labu
La segunda generación de la familia Lainz tiene ahora la responsabilidad de dirigir este clásico restaurante de Ajo (Bareyo) que abrió sus puertas hace más de veinticinco años, en concreto en 1986. Francisco en la cocina y Sergio en la barra -y cuando llega el momento en la sala-, dirigen a un amplio equipo humano que atiende a diario un restaurante con capacidad para casi dos centenares de comensales y donde la cocina tradicional, con un cierto corte marinero, se mantiene como su seña de identidad.

El Labu está situado en el centro de Ajo, muy cerca por tanto de la costa y de las playas que atraen el turismo de una zona que gastronómicamente se ha caracteriza por sus arroces, a más concretamente por sus paellas. Hace años era bastante común que familias y amigos se desplazasen hasta Ajo para deleitarse con una paella. Hoy quizá la oferta es más amplia y global, pero las paellas siguen siendo aquí una referencia y una de las prioridades de la clientela.

No obstante, en el Labu la oferta va mucho más allá, disponiendo de una carta amplia, con muchas opciones para acompañar a la paella (10,50 euros la ración) o para diseñar un menú diferente.

Del Cantábrico

Cosechero y rabas del Labú

Tienen un peso específico notable en el Labu los productos del Cantábrico. Aquí disponen de todo tipo de mariscos, desde percebes «de nuestras costas» hasta nécoras, centollo, masera, bogavante, langosta, cigala, camarón, almejas, navajas, caracolillos. Donde no llega el Cantábrico llegan los buenos proveedores, como con las gambas de Huelva. Una mariscada extraordinaria aquí tiene un precio de 90 euros para un mínimo de dos personas.

En el capítulo de entrantes, no faltan algún plato de cuchara, las rabas, los ibéricos, las ensaladas o el salpicón de marisco. Aquí también son especialistas en los revueltos (de setas, marisco, de pimientos con jamón de Jabugo, de gulas o de ajetes y gambas).

La oferta de pescados abarca prácticamente todo el espectro de las especies más demandadas, desde merluza (a la plancha, amariscada, a la vasca, en cocochas...), a rape, jargo, lenguado, rodaballo, lubina, besugo, dorada... Los precios de las raciones, entre 15 y 19 euros.

En el capítulo de carnes la oferta también es amplia: lechazo, solomillo, entrecot, chuletón, chuletillas...
Gambas con gabardina, del Labu
Finalmente, dentro del apartado dedicado en la carta a los postres, destacan los de elaboración casera, como la tarta de queso, las tartas de la casa, el puding de coco, el flan...

Promociones semanales

En barra, como novedad, semanalmente hay propuestas de medias raciones a precios muy atractivos para que quien tome el aperitivo pueda degustar un pulpo, gambas, percebes, bocarte, anchoa...

viernes, 20 de junio de 2014

Comer en el restaurante Mi Bodega de Ajo (Bareyo, Cantabria): un tremendo error

Seguimos con nuestra recién estrenada sección "Nuestros Restaurantes", dedicados a los restaurantes de nuestro Municipio y que comenzamos con el Restaurante Don Juan de Ajo, cuya crítica podéis leer en este enlace: http://www.ajobareyocantabria.info/2014/05/comer-en-restaurante-don-juan-ajo.html

Entramos en esta ocasión al que es, sin ninguna duda, el peor restaurante de Ajo, de Bareyo y probablemente de todos los alrededores: Mi Bodega, sito en el interior de la Urbanización Costa Verde de Ajo. La verdad que el lugar donde se encuentra el local, en el interior de una urbanización privada, en un entorno con competencia feroz, tampoco es su mejor cualidad.

El precio del menú del día en fin de semana puede parecer aceptable, 12 euros, sino fuera por la bajísima calidad del mismo.

Comenzamos con una paella al microondas como primer plato. Una paella de calidad decente pero excesivamente calentada en el microondas, lo que la ha estropeado. Aprobado raspado.

El servicio se une a esta fiesta del suspenso, pues nos sacan el segundo plato sin que aun hayamos concluido el primero. Se nos enfriará cuando empecemos, pero tampoco nos importará, pues serán unos escalopines de ternera que más bien parecen suelas de zapatillas, acompañados de unas patatas caseras, sí, pero encharcadas en aceite de freidora. Suspenso.

Para concluir, el postre: una leche frita que si ser de las mejores que he probado, se deja comer. Un bien, un seis. Un final que no consigue evitar el mal sabor de boca con el que nos marchamos de este restaurante.

PRECIO: 6
CALIDAD: 3
ATENCIÓN: 3
SITUACIÓN Y PRESENTACIÓN: 4,5
SATISFACCIÓN: 3

jueves, 15 de mayo de 2014

Comer en Restaurante Don Juan (Ajo, Bareyo, Cantabria): Un placer para el paladar

Comenzamos una serie de visitas a los restaurantes de nuestro Municipio de Bareyo (Cantabria), con el fin de ofrecer desde internet una pequeña ventana a todos aquellos turistas que quieran acercarse a nuestro municipio por motivos gastronómicos.

Y comenzamos desde uno de los mejores lugares del municipio, el Restaurante Don Juan, situado en la localidad de Ajo, donde nos conquistan con algo tan sencillo como un menú del día.

10 euros excepcionalmente invertidos, a veces por ese precio se puede comer de manera espectacular, y en el Don Juan de Ajo (Cantabria) sucede así. Con un menú tan barato te llevas un resultado extraordinario.

Entramos un domingo al Restaurante donde nos atiende María de manera excepcional. Ella misma -nos confiesa- es la autora del magnífico postre, aunque es notorio que todos los platos son caseros.

De primero, una ensaladilla rusa de presentación ordinaria y sabor maravilloso. Fantástico comienzo para una hora de ensueño.

De segundo, una costilla asada. Pieza de calidad magnífica, más aun teniendo en cuenta el precio y la oferta de la competencia en lo que a menú del día se refiere. De verdad, merece la pena venir a este restaurante tan solo por el sabor inolvidable de su costilla asada.

De poste, el arma secreta de María: una tarta de queso casera, la culminación perfecta a un menú del día que incluye la bebida y el pan, además de un servicio excepcional.

PRECIO: 10
CALIDAD: 8,2
ATENCIÓN:8
SITUACIÓN Y PRESENTACIÓN: 8,5
SATISFACCIÓN: 9

viernes, 8 de mayo de 2009

En la punta norte de Cantabria: DE BAREYO AL CABO DE AJO

El municipio de Bareyo, ubicado en la franja costera oriental de Cantabria, disfruta de un enclave natural de gran belleza, donde bosques, rías, playas, acantilados y valles se dan la mano para proporcionar un entorno único de paseo y disfrute de una jornada de ocio. Y, además, durante estos días, se celebran en la zona unas sabrosas jornadas gastronómicas.

Que la naturaleza quiso pintar esta zona con todo lo que tenía en la paleta es evidente. Pero el hombre también quiso sumarse. En los tres pueblos del municipio, Ajo, Bareyo y Güemes, se pueden observar interesantes ejemplos arquitectónicos, tanto religiosos como civiles, de gran valor histórico y artístico.

La ruta parte de uno de los edificios religiosos históricos más importantes del municipio, para llegar al enclave natural más conocido y visitado. De la iglesia de Santa María de Bareyo al Cabo de Ajo. Por el medio, valles, rías y acantilados.

Santa María de Bareyo, una antigua abadía de estilo románico construida en el siglo XI. Punto de partida. Esta pequeña iglesia es uno de los mejores edificios del románico costero en Cantabria, declarada Bien de Interés Cultural en 1978. Merece la pena su visita para contemplar su pila bautismal, de una originalidad absoluta.

Desde Santa María de Bareyo y, siguiendo la carretera general en dirección a Meruelo, se alcanza la ría del río Campiazo, en Ajo. A través de los caminos rurales de la zona, se llega hasta el barrio del Convento, desde donde se divisan unas magníficas vistas de la Ría de Ajo. En este barrio y, tomando nombre de él, se halla el antiguo convento de San Ildefonso. Si se sigue por los caminos que discurren paralelos a la ría en dirección a la Punta del Rostro, se pueden observar unos bellos paisajes de mieses, estuarios y algunas manchas boscosas, hasta llegar a la Punta, desde donde se divisa la pequeña cala natural de La Ojerada y unas magníficas vistas sobre el cabo de Quejo.

El paseante está ya en el Cabo de Ajo, el punto más septentrional de Cantabria. En este lugar está el faro, construido en 1928 sobre las antiguas ruinas de una torre de vigía. Y siguiendo la carretera del 'vigilante del mar', en dirección hacia el pueblo, aparecen las dos playas del municipio: Cuberris y Antuerta, un paraíso para los aficionados al surf.

Una paella en Ajo. El visitante no puede irse de Bareyo sin degustar una de las especialidades gastronómicas de la zona: la paella. Además, durante estos días y hasta el 31 de mayo, Ajo celebra sus I Jornadas del Arroz, una propuesta gastronómica en la que participan 6 restaurantes de la localidad. La oferta es suculenta: paella o arroz con cachón o almejas, un segundo plato, postre y vino por 25 euros. Además, aquellos que mañana compren ELDIARIO MONTAÑÉS podrán obtener un cupón de descuento de 5 euros. Una oferta para no perderse.

Los restaurantes que participan en esta I edición de las Jornadas del arroz de Ajo son: El Rincón de Pitucos, El Labu, El Mazo, La Espiga de Bareyo, Don Juan y Carlos III.