Lo alertábamos hace unas semanas, cuando describíamos el fuerte amor que sienten nuestros responsables políticos municipales y regionales por el arquitecto Eduardo Álvarez Fernández, que está detrás de las obras públicas más importantes realizadas en Ajo durante la última década, a la par de múltiples contratos pequeños adjudicados sin concurso por el consistorio y por el gobierno regional.
La realidad es que, aunque el alcalde y los concejales llamen siempre a esta persona "arquitecto municipal", simplemente no lo es, porque este señor no forma parte de la plantilla del ayuntamiento, sino que se le contrata directamente desde alcaldía, a dedo, proyecto a proyecto, trabajo a trabajo, pagándole uno a uno. Lo llaman "arquitecto municipal" para justificar que siempre contraten al mismo y siempre a dedo.
Ahora, ese romance de años se ve reforzado. Y es que, el arquitecto Eduardo Álvarez ha denunciado al Ayuntamiento de Bareyo. Lo que a todos nos podría parecer una clara crisis en esa relación de amor, en realidad parece esconder una forma de reforzar este noviazgo y convertirlo en matrimonio.
El citado arquitecto se ha tomado muy a pecho eso de que todos lo llamen "arquitecto municipal" y ahora exige en los juzgados serlo de verdad y convertirse en parte de la plantilla laboral del consistorio. Sin oposición, sin concurso público, y sin mérito alguno: en los juzgados por sentencia.
El alcalde de Bareyo, José de la Hoz (PRC), ha explicado con mayor detalle la situación: "en este ayuntamiento, como en todos los pequeños, los alcaldes, ante la falta de medios propios, habían venido designando técnicos con una función de confianza o asesoramiento especial en materia urbanística, pero que en los juzgados están entendiendo que esta función no se realiza para alcaldía, sino para el ayuntamiento".
El secretario municipal, Andrés Gutiérrez (funcionario del Estado), añade que "lo que está en cuestión es si la relación del arquitecto con el Ayuntamiento de Bareyo tiene la naturaleza administrativa de contrato administrativo de servicios o si, por el contrario, dicha relación es de naturaleza laboral".
Y aquí viene lo sorprendente, y lo que nos indica que todo esto no es más que un teatrillo mientras se organiza la futura luna de miel.
Lo que tendría que suponer un auténtico jarro de agua fría para el ayuntamiento y el equipo de gobierno municipal, por los enormes costes económicos que supondría la derrota judicial y la incorporación del arquitecto a la plantilla del consistorio, en realidad no parece una gran preocupación para nuestros responsables locales.
El Ayuntamiento de Bareyo debería plantear una defensa férrea de su posición, ya que si han venido contratando durante años a Eduardo Álvarez de esta manera, lo lógico sería preparar una sólida defensa jurídica y evitar los gastos que una derrota judicial nos supondrían a todos los vecinos. Y por supuesto, no volver a contratar a este desagradecido.
Sin embargo, el alcalde José de la Hoz nos adelanta una defensa light del consistorio ante esta denuncia, llegando incluso a afirmar que "se estará a lo que diga la sentencia". Ni siquiera ha censurado la actitud de Álvarez Fernández.
Y la verdad, que por su tono, por el contexto y por los precedentes, todo hace indicar que el regidor regionalista ve con buenos ojos esta denuncia del arquitecto y no le parece importar en exceso un futuro resultado desfavorable para las arcas y los intereses del Ayuntamiento de Bareyo.
No hace falta ser un lince para saber quién ganará ese juicio. Ni quién lo va a pagar.
¿Qué pensarán de todo esto los funcionarios y empleados públicos que han logrado su plaza mediante oposición o concurso público?
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El mismo arquitecto está detrás de 4 de las 5 obras públicas más importantes realizadas en Ajo durante la última décadaReportaje imprescindible de leer: