Este pasado miércoles 10 de agosto a las 20 horas, el Ayuntamiento de Bareyo celebró un Pleno extraordinario, con sólo dos puntos en el orden del día: 1) aprobación del acta del pleno anterior y 2) aprobación de un expediente para renovar el alumbrado en Ajo.
Pues bien, en el Pleno sólo intervino el alcalde, lo justo y necesario para llevar a cabo las dos votaciones de los puntos del día. Todos los demás concejales se dedicaron únicamente a votar, esto es, se limitaron a levantar y bajar la mano. Dos veces, eso sí.
El pleno acabó a las 20:01. El pleno duró ¡¡sólo 1 minuto!! Por este minutazo, el alcalde, José de la Hoz, se embolsó 120 euros. El resto de concejales percibieron todos ellos 90 euros por esos sesenta segundos, excepto los dos que cobran sueldo mensual por estar liberados.
En total, 840 euros de todos los vecinos tirados en un sólo minuto. ¡Insólito! Por supuesto, ni un solo concejal ha tenido el honor, la decencia y la dignidad de renunciar a esta cuantiosa dieta ¡Vegonzoso!
Esto sólo sucede en el municipio de Bareyo, donde es más que obvio que la mayoría de plenos tienen como único fin cobrar las dietas. En otros municipios jamás se realizaría un pleno de un minuto, ni un pleno con sólo dos puntos en el orden del día. Y en el caso de que, por motivos técnicos, fuera imprescindible realizar un pleno de un sólo minuto, un concejal digno y honrado renunciaría a este privilegio a costa del dinero de todo.
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